domingo, 16 de diciembre de 2007

La hora sí importa

De la importancia de programar bien horarios. Artículo sacado de “Dirección de Operaciones, Decisiones Tácticas”, de Jay Heizer.

LA PROGRAMACIÓN DE TRABAJADORES QUE SE QUEDAN DORMIDOS EN EL TRABAJO NO ES FÁCIL


Incapaz de hacer frente a un horario de trabajo que cambia constantemente, un operario de una gran refinería de petróleo se queda dormido en mitad de la noche, y vierte sin darse cuenta cientos de miles de litros de sustancias químicas en un río cercano. Una historia similar se repite en el caso de los pilotos. Los horarios ilógicos a menudo les obligan a echar una cabezada en lo cabina de mando para dormir lo suficiente. “Ha habido ocasiones en que tenía tanto sueño que me he quedado dormido mientras estaba rodando por la pista para tomar lo posición de despegue”, dice un piloto de Federal Express. “Me he quedado dormido leyendo las listas de control. Me he quedado dormido a mitad de una palabra”.
En Estados Unidos, veinte millones de personas trabajan en sectores que tienen horarios de 24 horas. En entrevistas con investigadores, los empleados del turno de noche cuentan haber visto a trabajadores de la cadena de montaje dormidos caerse de sus taburetes, lotes de partes defectuosas pasar por delante de inspectores que estaban durmiendo, y a operadores de carretillas elevadoras exhaustos, chocarse contra las paredes. “Es muy alarmante. ¿Cómo puede admitirse que los operadores de una fábrica de energía nuclear se duerman habitualmente en el trabajo?”, preguntó un investigador de Hardvard.
La programación es un problema importante en empresas con turnos de noche. Algunas, aunque ni mucho menos todas, están tomando medidas para resolver los problemas de sueño provocados por el horario de los trabajadores. Dow Chemical, Detroit Fdison, Pennzoil y Exxon, por ejemplo, están dando a sus trabajadores varios días libres entre los cambios de turno. El departamento de policía de Filadelfia está realizando menos cambios de horarios, y también se hacen menos al azar; el resultado el que los accidentes de tráfico de los agentes que están de servicio han descendido en un 40%. Cuanto más se conozca el coste económico que suponen los constantes cambios de horario, las compañías comprenderán que no pueden seguir eludiendo el problema. Como dice el Dr. David Kupfer, “está en juego un dineral y, algunas veces, incluso vidas humanas”.


Fuentes: New York Times (4 de marzo de l999): D7; Aviaton Week and Space Technology (4 de noviembre de 1996): 49-55.